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Sobre el estatus "outsider(raro)" de las músicas y
expresiones de
abstracción.
En búsqueda del espíritu de la invención
A la hora de analizar los fenómenos "de avanzada" en la música de Argentina
, uno tiende, obligatoriamente, a tomar Buenos Aires como epicentro y
referencia obligatoria. En tan vasta extensión, Buenos Aires permanece el
centro cultural argentino, aislado del resto del país a un grado tal que
resultaría difícil encontrar paralelos similares en las ciudades capitales
de los países del oeste y centro europeo. Si bien algunas manifestaciones,
como en el caso de la música electroacústica, tienen una serie de centros
menores en las provincias de Mendoza, Santa Fé (Rosario), o ejemplos
aislados de música contemporánea o experimental en las restantes provincias
del país, Buenos Aires reina por sobre el resto. Entre una suerte de
indiferencia apática, la arrogancia de quienes poseen materialmente más que
el resto y las consecuencias lógicas de haber erigido la capital como centro
cultural, Buenos Aires dicta las direcciones a seguir a través de su
centralismo. En una radiografía de la pobreza que sufre el territorio, el
costado dramático emerge. Es la fuerza del capitalismo frente a los que se
quedan afuera.
Esto implica que Buenos Aires, como toda capital del mundo, siente sus
esperanzas de renovación en los impulsos que brinda el soporte financiero,
con una analogía que se desprende de esa consecuencia: al no haber soporte,
no hay evolución, ni producción de arte que se distancie de las tendencias
crónicas que han dominado las expresiones artísticas en las décadas pasadas:
tratar de adoptar como discurso la crisis, la cultura folclórica local en
forma de gestos fragmentarios e irónicos, la inmediatez por sobre la
reflexión, o el predominio de superficialidad por sobre el compromiso
consecuente. Bajo esta suerte de análisis territorial y geográfico , la
música actual argentina quedaría bajo una perspectiva de identidad perdida,
en relación a la historia de la construción constante de Buenos Aires -
inmigrantes europeos y las olas migratorias desde el resto del país y
latinoamérica que contínuamente persiguen los epicentros de bienestar-. Esto
implica, además, que la única posibilidad que le quedaría a la música
actual, sería o adoptar los formatos de la simbiosis folclórica local con
idiomas contemporáneos, tal cual suele ser la solución adoptada en la
mayoría de los casos; o bien seguir los trazos de la cultura y direcciones
que la vieja Europa o el norte de América parecen seguir justificando para
que algo tome validez como expresión, artística o humana. Es por eso que
resulta tan difícil hablar de música de avanzada o experimental en este
contexto, de una forma generalizada. Porque la tradición para este tipo de
música cuenta con antecedentes mínimos y difícil o imposibles de rastrear -
aunque por extensión, en el clima global, la comunidad de música
experimental sea igualmente pequenia-.
De modo que para indagar en expresiones auténtica nacidas de la necesidad de
expresión, uno debiera indagar en casos aislados más que en hacer una
generalización "de escena".
Sin duda resulta difícil caracterizar un música "nueva" en Argentina, más
aún especular sobre si esa música tuviera rasgos "locales". La observación
sobre la falta de preocupación por lo local que hacen algunos compositores
académicos y populares, queda estéril frente a las influencias producto del
carácter fragmentario de las culturas urbanas en Argentina. Lo urbano se
destaca no como más relevante que el ámbito rural o del interior del país,
sino como centros donde se concentra la mayor población del país y donde hay
una mayor (cuantitativamente hablando) producción cultural.
Por otra parte, es acaso obligatorio reflejar cierta realidad social en las
obras casi a la manera de un panfleto o con un torpe discurso de barricada ?
Aún en obras de cierta abstracción de lenguaje será necesario conocer los
principios que alientan a cada creador. No sólo es cuestión de invocar ideas
"políticamente correctas", sino de conocer la realidad que vive cada
artista, su núcleo de pertenencia social o las dificultades que vive cada
día para poder concretar su trabajo. Hay artistas en edad madura que nunca
han podido salir de Argentina por razones económicas y ofrecer sus trabajos
como forma de intercambio de ideas y experiencias con colegas de otros
lugares del mundo.
Otro de los problemas es el mito del pintoresquismo. La idea de un supuesto
color local se convierte en un peligroso cristal a través del cual se vea el
arte de un país. Se trata de un problema tan caro al "Realismo Socialista"
como a las categorías capitalistas del tipo "World Music". Visto desde los
países periféricos, debe advertirse que no siempre son difundidas las
búsquedas más significativas de una disciplina artística. Muchas veces se
trata de acceso a estipendios, vinculaciones personales, operaciones de
relaciones públicas y aceitados mecanismos de un "know how" más que de
verdadera relevancia de las obras en cuestión.
Daniel Varela & Marcelo Aguirre
19 de mayo del 2004, Buenos Aires-Berlin
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Daniel Varela (*1963, Buenos Aires, Argentina) Estudios de piano y composición.
Materias de interés, entre otras: Música Experimental,, Minimalismo, Fluxus, Soundart. Colaboraciones periodísticas desde 1992 en: Esculpiendo Milagros (ARG) Perro Negro (ARG), Hurly Burly (ES), Margen(ES) Parabólica (ES), The Sound Projector (GB), Musicworks (Canadá), Perfect Sound Forever (EEUU) und Experimental Music Catalogue (GB). Desde 1999 Duo Circular con el artista plástico José Marchi.
(Bild © Circular)
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Marcelo Aguirre (*1970 Tucumán, Argentina, vive en Berlin) Cofundación de la revista sobre música experimental "Esculpiendo Milagros" (Buenos Aires 1992-99), Conducción de programas de radio en Buenos Aires. Escribe para Margen (ES), The Sound Projector (GB), Oro Molido (ES), entre otras. Percusión, voz, perfomance.
Proyectos interdisciplinarios con danza Butoh, dibujo en vivo e instalación sonora. Curador y organizador en Podewil, Centro para las Artes Actuales, Berlin desde 2003. Conduce el sello "minúscula".
(Bild © M. Aguirre)
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